miércoles, 27 de mayo de 2020

LIBRO COMO ESTUDIAR Y COMO ARGUMENTAR UN CASO - CONSEJOS ELEMENTALES PARA ABOGADOS JOVENES- GENARO R. CARRIO

COMO ESTUDIAR Y COMO ARGUMENTAR UN CASO - CONSEJOS ELEMENTALES PARA ABOGADOS JÓVENES- GENARO R. CARRIO


Carrió recibió el título de abogado en la Universidad Nacional de la Plata en 1944, obtuvo el Master of Law in Comparative Laws, en la Universidad de Dallas, y adelantó estudios de doctorado en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires en 1959. Posteriormente realizó otros estudios de Postgrado en al Universidad de Oxford (1968-1969). Obtuvo becas por parte de varias instituciones y se le otorgó el premio al mejor jurista del año 1974 y otro por ser presidente de la Fundación KONEX. Fue miembro de la Comisión Interamericana de la OEA (1964-1968), presidente de la Corte Suprema de Justicia (1983-1985), miembro fundador de la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico (SADAF) y fundador del Centro de Estudios Jurídicos Landaburd-Carrió. Es autor de varios libros y numerosos artículos, además de una amplia serie de traducciones del inglés al castellano sobre temas de filosofía del derecho y filosofía analítica del lenguaje.

Para neutralizar anticipables malas influencias o desalientos futuros quiero asegurarles, de entrada, que el conocimiento del derecho – como diría Perogrullo – es una herramienta fundamental para el buen ejercicio de la profesión. En contra de lo que piensan muchos profesionales escépticos, se ejerce mejor la profesión sabiendo derecho que ignorándolo. Ustedes van a oír, no lo dudo, una reiterada y desagradable cantilena en el sentido de que las cosas no son así. Oirán que lo que importa no son los conocimientos jurídicos sino lo que ahora, con eufemismo en boda, se llama las relaciones públicas. Que los mejores abogados no son los que saben más derecho sino quienes, cualesquiera sean los medios que a tal fin empleen, pueden ejercer mayor fuerza persuasiva sobre los jueces y demás autoridades. Oirán que de nada vale estudiar a fondo el caso, robar horas al sueño, agotando la bibliografía y la jurisprudencia, y exponer a los jueces con claridad y buenos fundamentos las peticiones pertinentes, porque “los jueces no lee los escritos”, etcétera.




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